Monday, December 04, 2006

Un Problema de Seguros

Majadero, el Desorden ha solicitado mi aquiescencia celestial. He considerado, revisado y aceptado su petición (la del Desorden) y, mediante la afirmación del Santísimo (Dios himself), me he dado la libertad de dar la opinión que a continuación sugiero: sean Vds. bienvenidos; aprovéchense de la caridad desinteresada y resuelta; tengan Vds., de nuevo, la voluntad innegable de amor por el prójimo, antes de que otro la tenga por Vds. La gratuidad relacional, o la imposibilidad de cobrar sentimientos, se acentúa en las relaciones masivas -o de masa- y aprovechan de ella todos cuantos concurren a su formación. Así, todos soportamos los riesgos del enfermo y los problemas de la amiga sumida en penas de amor; como asimismo compartimos la alegría de las nuevas relaciones y los veranos llenos de sol. Si todos hemos asumido nuestra cuota de culpabilidad (o coste de la prima) lo hacemos a cambio de ver colmado el lugar de visitas que velan por nuestra pronta recuperación; hemos de ver también que no podemos traicionar el pacto tácito en virtud del cual no podemos forzar, pero podemos convencer.
Quoted directamente del Desorden (para su deleite):
"Si no nos escriben, sabremos que, al final, escribimos para esa amiga nuestra, que tanto queremos, y cuya presencia honramos con nuestras líneas. Buenas noches, Posteridad."

Wednesday, November 22, 2006

Milton, ya no desde su rincón.


Todo esto de la vida después de la muerte se me está haciendo muy raro. La eternidad, hasta este minuto, me parece una cosa de locos. El tiempo ha desparecido y con él, el costo de oportunidad. Puedo satisfacer todas y cada una de mis necesidades, y ahora que lo advierto, ya que acá los recursos son ilimitados, las necesidades no existen: la economía patas pa´ arriba. He ahí una oportunidad Milton!! La primera teoría económica del más acá!! Milton, tú si que no pierdes el tiempo, noo señor!!

Pero ahora que lo pienso, ya deben haber otros de mis distinguidos colegas que ya han surgido con empresa semejante: demonios!! ese Smith me lleva ventaja de nuevo. Y ni siquiera es necesario que sea uno de mis colegas, sin deadlines, cualquier hijo de vecino puede hacer una teoría económica perfecta. A lo mejor sería gratificante ser el primero, pero se me vuelve olvidar que aquí donde no hay tiempo tales calificaciones pierden sentido… mmmm... complicado esto del tiempo, sin necesidades, ni plazos para consumar los deseos, todos se ven por acá sumidos en la más completa inacción.

Recuerdo un día que uno de mis más avezados alumnos (después me vine a enterar de que ayudó a mandar a mucha gente para acá) me dijo “en Chile, todo se deja para el último día”, bueno, acá es como en Chile, sólo que ese día no va a llegar nunca, se pospone en lo indefinido, y aunque corren algunos rumores, son sólo trascendidos.

Wednesday, August 30, 2006

Mil($)ton

Desafortunadamente, el mercado de las personas no cuenta con la información adecuada para que los seres humanos se dirijan a sus afectos más enormes. El precio, ese bien escaso, ese lun del opinólogo, ese oráculo griego, no ha sabido ser importado al ámbito de los corazones, las afinidades y las ternuras. Somos claros en sindicar como culpables de esta torpe reticencia a cierto humanismo cándido, flamígero y nocivo que ha encontrado en el mundo de los sentimientos el reducto último de sinsentido frente a la eficiente llegada del mercado. Bajo la consigna, de “ciegos, elegimos mejor” nos han privado, a nosotros, los consumidores sensatos, de la única referencia racional para escoger de quiénes rodearnos, dejándonos a tientas como huérfanos, perdidos como luciérnagas fugaces en la noche de los tiempos, sin saber a quien querer, ni por qué.

Los indicios de la intuición y la tradición oral, o, dicho sin disfraces, las discriminaciones en razón de riqueza, clase social, raza, estudios académicos, estatura, peso, antecedentes penales y demases, no son suficiente para garantizarnos que estamos con las mejores personas a nuestro alcance. Sin un sistema numéricamente traducible para expresar el valor de las personas, análogo -o idéntico en el mejor de los casos para hacer a las personas abiertamente conmensurables a los demás bienes- no logramos más que lo que un buen jugador de casino. El tiempo escasea y el ánimo también, limitando dramáticamente nuestras posibilidades de recabar la información suficiente para dar con elecciones infalibles. Más bien, y sin que importe el grado de confianza en las propias y esotéricas habilidades sensoriales tales como el tino o sus sucedáneos, ocurre que nos encontramos sin excepciones en el dilema de morir solos o tirar los dados.

¿El precio de la mentira humanista? Demasiado alto.

Thursday, August 10, 2006

El fin de la Economía (¿?)

¡Pheroline! Ahora resulta que se publicitan por estos antros decadentes unas feromonas. Sin hacerse siquiera cargo (en tiempos de la a-edición) de las letras que salpican en esta página, el Desorden ahora está a favor de la destrucción de los presupuestos básicos de la economía.

ABSTRACT

El sistema de incentivos como motor de la economía y la prosperidad está en jaque, hasta que Milton descargue desde sus investigaciones, las conclusiones que más abajo propone.

No me crean un viejo verde. Desde la edad media, o quizás desde mucho después, la acumulación del capital ha sido impulsada por la constante competencia que mejor se libra en las arenas amorosas que en ese frío hábitat comercial que, imaginan los socialistas, es el territorio del mercado. Así, España inició la expedición por la ruta hacia las indias para sortear las calamidades con que a su paso otrora se encontraban. La compra de especias, piedras preciosas y demases tenía un solo fin: satisfacer a la reina, antigua versión de mi reina.
Inglaterra, por su buena parte, saqueó el Taj Majal con la sola meta de alhajar la corona, también, de esa mijita. La lista de acumulaciones de capital originario, los hitos fundantes de la relación entre el amo y el esclavo, es variada y contiene ejemplos que bastan para la prueba de la tesis propuesta y refutada según la cual era la patrona (o aquella que se convertiría en) la que exigía especias para adobar el porcino, telas para el ajuar de la mayorcita o joyas para adornar sus manos desnudas. A estos hechos, piedras (preciosas a veces) angulares del mercado actual, subyace una constante de fácil advertencia que el ingenuo Desorden pretendió negar hormonalmente a través de su descarada promoción de feromonas.
Si asumimos como algo probado que los hombres han estado durante el curso de la historia acumulando el capital y trabajando duro para conseguirse una jefa, pues entonces hemos de asumir también que la existencia de un producto que elimina los incentivos para acumular el capital -desligando el fin del medio, o sea prometiendo la conquista de mujeres sin necesidad de juntar plata-, supondría el fin del capitalismo.
Esta conclusión, como el comunismo, es errada. El cambio -aparente- de paradigma, desde la acumulación del dinero hacia el gasto de cincuenta dólares en un frasco de Pheroline (¡Pheroline!) para conseguir el histórico trofeo singularizado en la madre (tierra), trae consigo exclusivamente la progresiva equiparación de todos los representantes -certeris paribus- de este género en lo que he querido llamar hombres pherolinizados, cuyas ventajas relativas se van disolviendo, retrotrayendo las cosas a su estado inicial, a la etapa pre Pheroline. Así las cosas (en orden denuevo), los machos vuelven a jugarse en el ring de la empresa moderna su destino romántico. Nada ha cambiado para ellos salvo porque experimentan ahora una necesidad nueva: PHEROLINE. Con ustedes entonces, la confirmación del sistema que suelo defender valerosamente desde esta maraña de desaciertos que es el Desorden: el neoliberalismo, ese que gusta de satisfacer las necesidades de las pobres almas que tratan de comprar en el mercado "their way out" del mismo mercado.

Friday, June 30, 2006

Lo (pre)Dije

Aunque no comulgo ni con sus puntos finales, el Desorden tiene algo bueno; y es que consultados respecto de la cantidad de copias del disco ese que lanzaron al mercado hace ya más de un mes, no titubearon en darma razón: quince copias sin vender, al menos diez fiadas y otras tantas regaladas o perdidas. Y bueno, yo les advertí.
No les bastó con violar las leyes de la propiedad intelectual, utlizando la inversión de otros en su propio beneficio. Simplemente se apropiaron de las ideas de ciertos músicos con fórmulas probadas, imponiendo la ineficiencia en pos de ese ego que ya ha alcanzado alturas significativas en el mundo de la blogósfera, so pretexto de estar ayudando a los despechados a través de letras inverosímiles. Respecto de esto, anotar dos cosas. Por una parte, el hecho de que la ayuda ¡cuesta dos mil pesos!; y por otra, la pérdida de tiempo que involucra estar despechado.
DOY FE

Wednesday, June 07, 2006

Respecto del Desorden


gozando del carácter de incancelable

De antemano, a priori y en primer lugar: no pierdan su tiempo acudiendo a fiestas gratuitas. Las leyes del mercado han probado que un evento cuyo costo de entrada es cero no puede ofrecer comodidades básicas ni prestaciones mínimas. ¿Qué les hace pensar que el hecho de no destinar dinero de sus arcas a gastos por concepto de esparcimiento puede elevar su bienestar? Muy por el contrario. El consumidor lleva a cabo un simple ejercicio en la búsqueda y compra de productos que espera servirán para satisfacer sus necesidades: decide qué comprar y a qué precio. Las mercancías expresan su magnitud de valor idealmente en una determinada cantidad de dinero, de ahí que la conclusión a la que ustedes llegan (felicidad incontrolable por el acaecimiento de una fiesta gratuita) sea errónea. No es un mayor bienestar ni un buen rato lo que la fiesta del Desorden les depara este sábado, sobre todo si consideran que el valor de la fiesta, expresado en dinero, es CERO. Lo que si creo (y estoy seguro) que la noche del diez del presente les propone, es un aumento en sus pasivos emocionales. Allá ustedes si creen que al violar al Mercado van a engendrar un hijo que les traerá la felicidad como padres (o madres) y que con esto serán más ricos a las seis de la mañana que antes de llegar al evento que a esta columna ha dado pie. DOY FE.

Sunday, April 30, 2006

Lo esencial

No me cabe duda que Mr. Smith debe estar revolcándose en su tumba. El gobierno cumple su palabra religiosamente pero en sentido estrictamente inverso. Bastaron unas cuantas muertes de ideólogos extremistas, mejores para la marihuana que para las matemáticas, para confirmar las palabras del inglés: es la regulación y no el libre despliegue del mercado, la fuente de todas las miserias.
Los que hacemos que esta máquina vieja se mueva, estamos cansados de que se menosprecie nuestra misión de dar trabajo y de tener que ofrecerle en forma de impuestos, nuestro trabajo honesto, al Estado ambicioso. Seré padre de mis hijos pero no de mis empleados. Respecto de ellos, soy su empleador; les doy trabajo y dinero, medio por el cual los hago dueños de la utilidad marginal que generan. Si no quieren tener ahorro provisional, que hagan el amor y tengan más hijos que quieran cuidar de ellos en los tiempos de la vejez. No pretendo financiar la esterilidad de los trabajadores.
El mercado es sabio y su funcionamiento no depende de lo que se decida en Valparaíso, ese oráculo de los nuevos tiempos. Por más tinta inútilmente invertida en leyes que fijan salarios de n+2 para los que producen n+1, Smith terminará imponiendo su palabra. Tampoco sirven los reportajes sensacionalistas hechos por diarios que uno creería respetables, que nos cuentan que la señora Juanita o el señor González no tienen para comer filete. Si no se explicita cuál es su nivel de eficiencia, entonces hasta se abre la posibilidad de que estén incluso sobrepagados. Esta opción es algo más que probable, si consideramos que firma sus contratos con el juez del trabajo como aval.

Espero, ociosos lectores, que tengamos la posibilidad de poner nuestras mentes y nuestro sistema económico en forward para poder avanzar y rentabilizar: Lo esencial es invisible a los ojos, pero no al bolsillo. Invisible al bolsillo, por lo menos a la hora del llenado, es este blog, desde el que, ingratamente sorprendido, propago la palabra económica revelada.
A los muchachos y muchachas –por decirle de alguna manera a quienes estando en su edad más productiva extienden la adolescencia hasta fronteras impensadas- creadores de está página les informo que están perdiendo su tiempo y por lo tanto su dinero. Las columnas de sus ridículas secciones no hacen más que demostrar que no tienen el más mínimo olfato comercial; hasta un perro resfriado se daría cuenta de que con tan largas y aburridas divagaciones, en las que se respira soberbia a raudales, jamás atraerán más público que el de sus amistades más cercanas. Lo que vende es lo cercano al pueblo, lo que entiende la masa, no lo reservado para un grupo de muchachos que se han autodeclarado tácitamente la elite de la sociedad. Lo rococó cansa, lo simple vende.

Además, me pregunto, quién puede ser tan insensato como para hacer un link a la página del SII. Nadie que entienda un mínimo de negocios lo haría. Aquella institución, injustamente poderosa, produce rechazo en los consumidores, son ellos los culpables que todos seamos un 19% más pobres. Aquel pretendidamente gracioso link, es una decisión comercial tan contraproducente como lo sería utilizar el slogan: “Arsénico, lo más nutritivo para tu intestino delgado” para promocionar un cereal para el desayuno. NO FUNCIONA.

Un atentado irreversible contra la naturaleza de las cosas. DOY FE.