Sunday, April 30, 2006

Lo esencial

No me cabe duda que Mr. Smith debe estar revolcándose en su tumba. El gobierno cumple su palabra religiosamente pero en sentido estrictamente inverso. Bastaron unas cuantas muertes de ideólogos extremistas, mejores para la marihuana que para las matemáticas, para confirmar las palabras del inglés: es la regulación y no el libre despliegue del mercado, la fuente de todas las miserias.
Los que hacemos que esta máquina vieja se mueva, estamos cansados de que se menosprecie nuestra misión de dar trabajo y de tener que ofrecerle en forma de impuestos, nuestro trabajo honesto, al Estado ambicioso. Seré padre de mis hijos pero no de mis empleados. Respecto de ellos, soy su empleador; les doy trabajo y dinero, medio por el cual los hago dueños de la utilidad marginal que generan. Si no quieren tener ahorro provisional, que hagan el amor y tengan más hijos que quieran cuidar de ellos en los tiempos de la vejez. No pretendo financiar la esterilidad de los trabajadores.
El mercado es sabio y su funcionamiento no depende de lo que se decida en Valparaíso, ese oráculo de los nuevos tiempos. Por más tinta inútilmente invertida en leyes que fijan salarios de n+2 para los que producen n+1, Smith terminará imponiendo su palabra. Tampoco sirven los reportajes sensacionalistas hechos por diarios que uno creería respetables, que nos cuentan que la señora Juanita o el señor González no tienen para comer filete. Si no se explicita cuál es su nivel de eficiencia, entonces hasta se abre la posibilidad de que estén incluso sobrepagados. Esta opción es algo más que probable, si consideramos que firma sus contratos con el juez del trabajo como aval.

Espero, ociosos lectores, que tengamos la posibilidad de poner nuestras mentes y nuestro sistema económico en forward para poder avanzar y rentabilizar: Lo esencial es invisible a los ojos, pero no al bolsillo. Invisible al bolsillo, por lo menos a la hora del llenado, es este blog, desde el que, ingratamente sorprendido, propago la palabra económica revelada.
A los muchachos y muchachas –por decirle de alguna manera a quienes estando en su edad más productiva extienden la adolescencia hasta fronteras impensadas- creadores de está página les informo que están perdiendo su tiempo y por lo tanto su dinero. Las columnas de sus ridículas secciones no hacen más que demostrar que no tienen el más mínimo olfato comercial; hasta un perro resfriado se daría cuenta de que con tan largas y aburridas divagaciones, en las que se respira soberbia a raudales, jamás atraerán más público que el de sus amistades más cercanas. Lo que vende es lo cercano al pueblo, lo que entiende la masa, no lo reservado para un grupo de muchachos que se han autodeclarado tácitamente la elite de la sociedad. Lo rococó cansa, lo simple vende.

Además, me pregunto, quién puede ser tan insensato como para hacer un link a la página del SII. Nadie que entienda un mínimo de negocios lo haría. Aquella institución, injustamente poderosa, produce rechazo en los consumidores, son ellos los culpables que todos seamos un 19% más pobres. Aquel pretendidamente gracioso link, es una decisión comercial tan contraproducente como lo sería utilizar el slogan: “Arsénico, lo más nutritivo para tu intestino delgado” para promocionar un cereal para el desayuno. NO FUNCIONA.

Un atentado irreversible contra la naturaleza de las cosas. DOY FE.

Saturday, April 22, 2006

el rincon de Milton